miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cañon del Rio Lobos

 Templarios y aullidos

Se presentaba otro de esos días sin saber que, así que al coche, otra de esas escapadas que se puede hacer en el dia, ya que son algo menos de dos horas desde Madrid.

Sin nada previsto ni conocido sobre el tema o lugar, y sin saber donde "repostar" no fuera que nos diera un parraque nos hicimos con unos bocatas. Una vez llegados a destino hay varias posibilidades, dejar el coche en un primer parking gratuito, o adentrarse un poco mas a la entrada del parque y estacionar allí previo pago de 4 Eurines, (por si teneis dudas elegimos la segunda).

Desde la misma entrada parte un camino que trás poco mas de 1km, te lleva hasta la ermita de San Bartolomé, en pleno corazón del parque. Cabe la posibilidad de hacer el mismo recorrido a la vera del río, quizá mas fresco el paseo pero también con peor firme y más mosquitos y bicicleteros. Se presentan en el recorrido varias praderas perfectas para un picnic, o tomar un buen descanso sobre una manta de cuadros.

Cruzamos un puente de madera sobre el Lobos y nos presentamos ante la ermita, que se encuentra al abrigo, entre el propio cañon. Se dice que tiene un origen templario, y no seria descabellado pensarlo si tenemos en cuenta lo mágico del lugar y los escritos que aseguran que esta enclavada en el eje vertical de la península ibérica, y divide a esta en dos mitades exactas, que es equidistante del cabo de Creus hacia el oriente y de Finisterre a occidente, 527 km y 127 m de ambos...¿Casualidad?.

Al otro lado del río se halla la cueva del mismo dueño (Bartolo), con una gran oquedad en la pared se accede a ella, y dice tener pinturas rupestres. Nos quedamos en la entrada por ir sin iluminación para adentrarse con seguridad. Está custodiada por unos vecinos alados en lo alto del cortado. En definitiva un sitio recomendable para dar un paseo, depurarse y cambiar de aires por un rato, y si os cruzáis con algún templario pedirle haceros un selfie con ,él para matar de envidia a Iker Jiménez...