HOCES Y BUITRES.
Una de esas mañanas de domingo que ni fú ni fá, ni blanco ni negro, ni frió ni calor , y sin saber que hacer ni donde ir se nos vino a la cabeza un salida pendiente " Las hoces del Duratón " en la provincia de Segovia, que dista solo unos 120 km de la capital, una opción perfecta para escaparse en el día.
Fue todo de manera rápida e improvisada, así que bocata, agua en la mochila y arreando que es gerundio. Tras hora y poco de coche nos dimos de bruces con el camino que nos llevaría a asomarnos al balcón que se despeña hasta el propio río. Unos bonitos y altos cortados por donde discurre el Duratón. Verde que te quiero verde, así se muestra el río, abrazando la peña sobre la que se levanta la ermita de San Frutos, lugar de retiro de los santos hermanos, San Frutos, San Valentín (no se si el de los amoríos, en esto me pierdo) y Santa Engracia. que al lado de la propia ermita tienen sus tumbas.
Después del paseo, tras limpiar los pulmones y disfrutar del silencio y la brisa que envolvían todo y hacían disfrutar con cuatro de los sentidos, tocaba activar el quinto, que para eso nos esperaba un buen y merecido bocadillo de jamón, que supo como si fuera un cinco jotas.
Dijimos adiós al lugar no sin antes despedirnos de los buitres que esperaban el tropiezo de algún paseante, o piragüista (que los había por el río) para echarse algo de comer al pico, no tuvieron suerte...